De ruta por el Raval
domingo, 2 de diciembre de 2007

Viernes por la noche: de manera improvisada y sin cita previa, me dirijo al barrio del Raval de Barcelona, sin conocimiento de la aventura noctura que me esperaba. Muchas novedades me esperaban, entre ellas: el ámbiente nocturno y ocio de la zona del Raval y la agradable y nueva compañia que me esperaba.

Inmerso en el laberinto de calles desuniformes de Barcelona, en pleno corazón del Raval, donde la multitud de locales de comida rápida, enseres, locales de copas y restaurantes se distribuyen a lado y lado de cada calle, me dirijo hacia la Rambla del Raval, punto de encuentro con el resto de integrantes de la noche.

A cada paso que doy, salen al paso gente muy variopinta: inmigrantes, prostitutas, vendedores ambulantes y gente muy diversa. Es el marco común de la zona, lugar multicultural y racial, mezcla de diferentes raices, de diferentes orígenes y costumbres. En pocos pasos das la vuelta al mundo, dejando atras restaurantes de diferentes paises, locutorios donde se cruzan multitud de idiomas, ...

Entro en el primer local: una puerta metálica y a la vez fria me recibe pero de seguida recibo la calida bienvenida del resto de integrantes de la noche. La cerveza y la tertulila hace acto de presencia, en medio de un ámbiente lleno de música y gente nocturna.

Dejamos atras el primer local y nos dirigimos hacia el siguiente punto de destino: otro lugar de copas, donde la cerveza y demás combinaciones alcohólicas son degustadas por paladares sedientos. Gran murmullo general, conversaciones de todos los tipos y la noche poco a poco va pasando.

Dejamos atras el garito y bajo recomendación, nos dejamos guiar hacia un nuevo destino: esta vez un lugar donde el mojito y la caipirinha es la especialidad. Sentados alrededor de una mesa, de manera tranquila y saboreando un gran mojito, se goza de buenos momentos entre los contertulianos.

Y por último toca un poco de ejercicio: bailoteo en la pista de baile. Música, gente, bebidas, apretones, ... lo típico en estos lugares.

Lo que iba a ser una par de copas, se convirtió en una salida en toda regla. Llegada a casa sobre las 7 de la mañana: cansado, impregnado a tabaco y deseando ocupar el lugar tan placentero como es la cama.

Brindo por la noche improvisada !! Muchas veces la improvisación es la mejor manera de tener diversión y en esta ocasión no fue la excepción.

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