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Nuevo rumbo

Recientemente, entorno a una mesa y compartiendo gustosos platos con la familia, hablando e intercambiando opiniones, muchas veces se establece aquella conversación, donde los planes de futuro, las ilusiones y los objetivos son el eje central de estos diálogos. De pronto, surge el tema estrella.

Entorno a la mesa, con los tertulianos interviniendo de manera activa, se hablan de proyectos, de ilusiones, deseos y planes, siempre trazando una horizonte positivo y vacio de cualquier elemento perturbador.

Pensativo, expectante, ansioso pero a la vez con respeto, veo el horizonte lleno de nuevas expectativas que cumplir y realizar, ilusiones renovadas y objetivos cumplidos.

Se dejan atras momentos difíciles y complejos, situaciones poco llevaderas, pero siempre con la máxima entrega y responsabilidad que uno puede ofrecer.

Un año anterior quizás demasiado conservador, demasiado conformista y con poca iniciativa para encontrar una marco ideal, un marco al menos que premie tal esfuerzo, un esfuerzo que ahoga la mente y acaba en cansancio. Demasiada carga para poco premio.

En toda situación en esta vida, un punto de inflexión te hace reflexionar, cambia el parecer de todo lo que te envuelve, especialmente de aquello que te preocupa y ocupa la mayoria del tiempo en la cual la mente realiza ejercicios de superación ante la situación adversa. La postura cambia, tornandose emprendedora y ambiciosa, no conformista y deseosa de cambiar la situación.

El destino parace entonces que sonrie, una nueva situación se vislumbra y el futuro que se presenta, aparece como un cielo abierto y azúl, sin nubes de fondo y viendo un camino largo pero llano en su extensión. Sonrie la vida, sonrie la mente, el feeling perdido surge de nuevo y retorna el optimismo.

Olvidarse y obviar las situaciones difíciles, la constante lucha diaria y los baches superados con dificultades seria un error. Mirar atras y analizar el origen de uno, es un motivo para contemplar el futuro con fuerza y vitalidad. Pasado, presente y futuro: pasos transitorios: un antes, un ahora y un después. Estados del tiempo que cambian el camino, camino tortuoso al principio pero largo y llevadero al final. Cambio de rumbo se presenta, nuevas inquietudes e ilusiones se vaticinan. En una mar revuelto y totalmente a la deriva, donde el trabajo y el sacrificio se han multiplicado, parece que tanto trabajo ha visto su recompensa, transformando la escena en una mar calmado y quieto.

Nuevas expectativas se abren, pero siempre con la cabeza y los pies en el suelo, sabiendo que desde la humildad, esfuerzo y trabajo anteriores han hecho posible un nuevo destino.

Alguien me dijo hace tiempo una frase que describe muchas situaciones en esta vida: "quien siembra, recoge". Se prevee entonces buena recolecta.

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posted by Pablo @ 13:41,

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