Site: Blog personal |

 



Aventura bávara: segundo día

Hola a todos !!!

Pues sigo con la segunda entrega de mi estancia en Munich.

- Día 2:

El protaganismo del día 2 se lo lleva la población austriaca de Insbruck, región situada en los Alpes. Esta región esta rodeada de enormes montañas, muchas de ellas con nieve perpetua, donde la ciudad esta divida por el paso de un rio que debe de traer el agua bien fria.

De buena mañana y después de la primera noche en el hotel, una noche soporífera con 4 hombres en un mismo habitáculo, cogemos el vehículo estercolero y nos dirigimos a la localidad de Insbruck. Cubrimos una distancia de unos 130 kms hasta esta localidad. Rapidamente nos damos cuenta durante el trayecto que las autopistas alemanas son totalmente distintas a lo que estamos acostumbrados en España: en las zonas de fin de limitación de velocidad, éstas son aprovechadas por vehículos de alta gama para dar zapatilla y poner sus exagerados caballos a merced de las 4 ruedas. Constamente hay que mirar el retrovisor, incluso yendo tranquilo por el carril de la derecha, te puede venir el típico vehículo ranchera yankee para dejar la distancia mínima de seguraridad (menudo susto !!!).

A medida que se hacen kilometros, el paisaje va cambiando y todo se entorna bajo grandes montañas, rios y pueblecitos inmersos en las laderas de estas montañas. Sin duda el camino se convierte en todo un placer visual y en un incentivo para llegar a nuestro destino.

Llegamos a Insbruck y sin tener claro donde parar, nos dirigimos a la estación de saltos de Bergisel, lugar donde se han celebrado algúna que otra Olimpiada de Invierno, exactamente en el año 1976. Previamente pagamos unos 4 € para depositar el coche en el parking durante una media hora (aún recuerdo la mirada clavada sobre la moneda de 2 € del encargado del parking).

Seguimos con el recorrido improvisado y cogemos el coche para dirigirnos esta vez al otro lado de Insbruck, donde un funicular te deja tocar con los dedos el cielo. Antes y para hacer estomago, disfrutamos de la gastronomia propia del lugar: un plato combinado con un chuleton de la hostia acompañado de una buena cerveza tirolesa. Ya con los estomagos llenos y por un módico precio de 20 €, cogemos el funicular. Desde luego no resultó barato, pero las vistas que nos proporcionó aquel cacharro fueron espectaculares. Rodeado de montañas monumentales, donde el frio era presente, la vista se desvia innegablemente en todos aquellos picos, por lo pequeño que parece Insbruck y en general por aquella foto de postal que nuestros ojos disfrutaron.

Después de todo aquello, bajamos de nuevo a boro del funicular y nos digirimos al centro de Insbruck, para descubrir sus calles más céntricas, sus tiendas, su edificios y su gente. Fue una visita breve a la ciudad, donde no faltó una buena cerveza tirolesa.

Ya caia la tarde y de nuevo regresamos a la ciudad de Munich. Antes de llegar al hotel, de descansar, cenar y convertir aquella habitación de 4 tipos en todo menos una habitación de hotel, el trayecto en el interior del coche se convirtió en un ingesta de cerveza, sobre todo por la parte de atrás, donde German alias "el Pau Gasol del Carmelo" y Manel (evitaré abreviar tu nombre !! jejeje) se encargaron de amenizar el camino de regreso mediante su propio Oktoberfest anticipado. Creo que paramos al menos un par de veces para que sus gaznates pudieran tragar ese zumo de cebada.

To by continued ...

Etiquetas:

posted by Pablo @ 12:56,

0 Comments:

Publicar un comentario

<< Home